martes, 7 de abril de 2009




Ayer no pudimos escribir nada ya que en el albergue que dormimos no nos dejaron utilizarlo, y hoy podemos utilizar este en Castrojeriz.
Ayer Lunes salimos desde Azofra, ha sido el mejor albergue hasta el momento, sin horarios ni tocadas de huevos por los hospitaleros. Era nuevo, con piscina ( para los pies ), lavadora, secadora, internet y para que os hagais una idea el dueño nos dijo: estais como en vuestra casa y se marchó, así que te dejaba hacer lo que quisieras por ahí. Nos volvimos a encontrar ar PEPE, el de Sant Quirze.

Fuimos a Santo Domingo de la Calzada a comprar la vaca para el Fernando pero como no había le toco ir con el saco de dormir bajo el asiento, así que lo precintamos con cinta americana y a tirar. Nos quedamos allí a comer unos bocatas de chorizo y compramos unas magdalenas.
Seguimos nuestra marcha hacia Burgos, pasamos por Belorado y Tosantos.
Pasando por Espinosa del Camino nos encontras a otro peregrino tumbado en la cuneta, quien iba a ser sino, er PEPE, que es como el Guadiana, aparece y desaparece del camino ( esta frase es suya ), se puso de comer hasta el culo y luego se tuvo que parar a hacer la digestión, no se podía ni mover, se puso como el kiko. Al final subio con nosotros por Villafranca de Montes de Oca, un puerto de montaña que era pa cagarse y encima con el viento en contra, acabamos los 3 muertos. Pedaleamos con él hasta San Juan de Ortega y er PEPE se quedó allí a pasar la noche, comimos algo y para Burgos.

Subimos por Atapuerca, una montaña llena de pedrotes que la bici casi ni se movia, luego fuimos descendiendo por la montaña hasta Villalbal, allí nos encontramos con un cuidador de perros de caza que tenía mil, y mil pulgas, y mil garrapatas, y mil meados y mil mierdas, no veas que peste pegaba, pero el buen hombre nos libró de un chaparrón ya que nos dejó meternos en su parking con las bicis, nos indicó como llegar a Burgos y al llegar allí otro chaparrón, nos resguardamos en una tienda de muebles en las afueras y las dependientas alucinaban de nuestras pintas.
Cruzamos todo Burgos bajo el agua hasta el Albergue, dejamos las cosas y a cenar, y como el mundo es un pañuelo, nos encontramos al tio de la Rosa, a Vicente, Montse y Sergi, les dejamos el peso que nos quedaba para que lo lleven a Barcelona, ya no llevamos de nada, ni JABÓN. Al llegar al albergue a dormir se nos puso al lado un pedazo de FRIKI que se hizo 40kms andando y el tio guarro ni se duchó, olía peor que los perros del de Villalbal. Recogimos la ropa de la secadora y a sobarla.

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